Se fue ayer, uno de los últimos registros de la existencia de mi viejo, con gran dolor, no puedo evitar sentir la ausencia de uno más que nos va, dejandonos cada vez más solos. Mi viejo se fue un 1 de Octubre del 83, dejando una oscuridad y confusión enorme en mi vida. Casi sin entender, 30 días después, en medio de bocinas , aplausos y gritos, salí al balcón de mi casa, y me encontré a mi vieja, sola, con la mirada puesta en el horizonte, perdidísima, llena de lagrimas y con un desliz de una pequeña sonrisa, como si ese fuera un cachetazo más de la vida, obligándonos a no tener a nuestro lado quien más se merecía compartir ese festejo. Mi viejo se lo perdió, y ayer me lo recordaste, Raúl. No tengo bronca por eso, sino un gran sentimiento de abandono, y de lo indescriptible que es la vida. Aun recuerdo alguna visita tuya a casa, y lo mucho que él te apreciaba, que te admiraba. Recuerdo la esperanza que el tenía en vos, y las esperanzas que nos transmitiste en cada palabra que escuche salir de vos aquel día de festejos y bocinas. Tu victoria, la de todos, está atada a uno de los momentos más duros de mi vida, y sin embargo, no dejo de recordarte con alegría, con respeto y con admiración, mas allá de los errores, más allá de lo que puedan decir, hoy mi tristeza es doble, por el recuerdo, y por la pérdida. Gracias por hacerme creer que se puede estar mejor, que tenemos derecho a algo mejor, buen viaje Raul, nos estamos viendo.
Y ahora tenemos que reactivar ese recuerdo. Tenemos que recuperar aquello que tanto nos costó conseguir. No podemos conformarnos con meter papelitos en sobrecitos y luego tirarlos cada dos años dentro de una cajita y llamarle a eso democracia. Nadie va a venir a salvarnos. Tenemos que hacerlo nosotros mismos.
Cuando era chica quería ser Bombero, Astronauta y Paracaidista.
Con el tiempo me fui dando cuenta que tenía que dedicarme a cosas menos ignífugas o más terrenales y ganarme la vida desde otro lugar. Al principio probé con la poesía y tuve la suerte que me publicaran un libro: Esquina Azul. Después me volví Periodista y escribí en varias revistas de una conocida editorial donde hasta el día de hoy colaboro.
La vida me fue llevando por otros caminos y casi sin darme cuenta me convertí en Historiadora.
Fui profesora en la UBA y hoy lo soy en varias escuelas del conurbano bonaerense.
Como nunca me pude quedar quieta, un día descubrí que internet era algo más que chat y mails y me convertí en Blogger...
Y hoy estoy acá, apagando incendios sin ser Bombero, flotando en el espacio buscando inspiración y abriendo el paracaídas a tiempo para no estrellarme contra el piso, probando con la magia de la palabra escrita desde el teclado de mi PC.
La mayoría de las IMAGENES han sido tomadas desde la WEB, si algún autor no está de acuerdo en que aparezcan por favor avisar al mail virwech@gmail.com y serán retiradas inmediatamente. Muchas gracias por la comprensión.
Se fue ayer, uno de los últimos registros de la existencia de mi viejo, con gran dolor, no puedo evitar sentir la ausencia de uno más que nos va, dejandonos cada vez más solos.
ResponderEliminarMi viejo se fue un 1 de Octubre del 83, dejando una oscuridad y confusión enorme en mi vida.
Casi sin entender, 30 días después, en medio de bocinas , aplausos y gritos, salí al balcón de mi casa, y me encontré a mi vieja, sola, con la mirada puesta en el horizonte, perdidísima, llena de lagrimas y con un desliz de una pequeña sonrisa, como si ese fuera un cachetazo más de la vida, obligándonos a no tener a nuestro lado quien más se merecía compartir ese festejo.
Mi viejo se lo perdió, y ayer me lo recordaste, Raúl.
No tengo bronca por eso, sino un gran sentimiento de abandono, y de lo indescriptible que es la vida. Aun recuerdo alguna visita tuya a casa, y lo mucho que él te apreciaba, que te admiraba.
Recuerdo la esperanza que el tenía en vos, y las esperanzas que nos transmitiste en cada palabra que escuche salir de vos aquel día de festejos y bocinas.
Tu victoria, la de todos, está atada a uno de los momentos más duros de mi vida, y sin embargo, no dejo de recordarte con alegría, con respeto y con admiración, mas allá de los errores, más allá de lo que puedan decir, hoy mi tristeza es doble, por el recuerdo, y por la pérdida.
Gracias por hacerme creer que se puede estar mejor, que tenemos derecho a algo mejor, buen viaje Raul, nos estamos viendo.
Y ahora tenemos que reactivar ese recuerdo. Tenemos que recuperar aquello que tanto nos costó conseguir. No podemos conformarnos con meter papelitos en sobrecitos y luego tirarlos cada dos años dentro de una cajita y llamarle a eso democracia. Nadie va a venir a salvarnos. Tenemos que hacerlo nosotros mismos.
ResponderEliminarLucho, gracias por tu recuerdo que ya pasa a formar parte de los míos
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