Chances

Durante años cuando me hablaban de sushi pensaba que era algo tan exótico como comer cucarachas, víboras o gusanos de mar (exquisitez asiática, léase cosa gelatinosa de aspecto repugnante que se desliza del palito chino y parece estar con vida).
Mi frase preferida al hablar el tema era yo pescado crudo ni ahí haciéndome la canchera y mostrando un total desinterés por cualquier cosa más elaborada que pizza o empanadas (ahora soy una gordita asumida que come de todo).
Será un tema de crianza que preferimos siempre decir primero no o yo paso por miedo a lo que podemos encontrarnos más adelante porque preferimos acurrucarnos en lo que conocemos y arriesgarnos nos da pavor?
El ejemplo de la comida es solo eso, un ejemplo, de todas las cosas a las que ni siquiera nos damos permiso para asomar la nariz por temor a lo desconocido.
En mi caso, yo tomo chances, me banco el miedo y tiro para adelante haciéndole frente a lo que venga.
Y aunque no siempre estoy cómoda y segura persisto.
Porque tomar chances me hace sentir viva.