El juego de la oca

La vida es como un juego, muchos toman el papel de espectadores mientras otros participan activamente.
En lo personal siempre elijo jugar, me ubico en la salida, tiro los dados y espero a ver que me toca. A veces me va bien y avanzo varios casilleros, otras veces me va mal y retrocedo.
Si caigo en la cárcel o la posada lo tolero estoicamente, aguardando la revancha apenas quede libre después de esperar que llegue nuevamente mi turno, dejando que los demás jueguen mientras yo observo.
Voy para adelante en los puentes y para atrás en los laberintos y cuando creo que estoy a punto de ganar llego a una casilla que me obliga a retornar al punto de partida y a empezar todo de nuevo, a la espera de llegar alguna vez a terminar el juego.
Como en la vida, donde a veces se gana y a veces se pierde.
Cuando participamos.