Hoy las drogas son moneda corriente en nuestra sociedad y cuando nos enteramos que alguien está metido en la adicción, miramos para otro lado y damos gracias porque le pasa a los otros.
Pero qué pasa cuando una adicción toca a los que uno quiere, cuando descubrimos que están enfermos y que van perdiendo toda la humanidad que alguna vez tuvieron?
Les cuento que pasa: se nos rompe el corazón, se nos escapa el alma y jamás volvemos a ser los mismos.
Nos escondemos en mentiras piadosas e intentamos reconstruir algo con lo que queda de nosotros después de la tormenta.
Tratamos de mirar para adelante aunque sentimos que no somos más que marionetas en una función propia que nos es ajena.
Preservamos nuestro espíritu y hacemos lo que podemos con el resto, con la cabeza baja, el gesto torvo y la emoción en conserva.
Nos convertimos en un envase vacío que sobrevive evitando la mirada de los otros.
Para que no nos vean en carne viva.
viernes, 29 de mayo de 2009
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Es la cruel realidad, para quien lo vive y para el que mira para otro lado.doloroso para ambos
ResponderEliminarmbuery
durisimo vir...
ResponderEliminarya me deprimi. naaaaaa
beso :)
josefina